Experimentando con una versión de café filtrado en frío

—foto por rfong

Antes de empezar. El café frío no es simplemente aquel que te sobra de la cafetera y lo dejas un buen rato en el refrigerador. El agua caliente al entrar en contacto con tu mezcla de café molido genera reacciones químicas de sabor que van filtrándose al recipiente, para luego trasladarse a tu taza. Podemos mencionar entonces que este proceso, en particular, está diseñado para disfrutarse al momento. Por el contrario, cuando dejamos enfriar café caliente, el fenómeno de la oxidación se encargará rápidamente de restarle calidad en aroma y gusto a tu bebida final.

Ahora bien, no está mal refrescarse con café que sobró, mezclado con hielo o en frappé; sin embargo existe otra manera con la promesa de un mejor e intenso sabor.

Cold coffee is not just coffee that’s cold. Emma Christie

El filtrado en frío.

Sin complicaciones, una buena dosis de café frío se obtiene cuando dejamos simplemente remojar café molido en agua fría o temperatura ambiente, mientras es el mismo tiempo quien hace su efecto. Bastará con un mínimo de 12 horas de reposo, para que el café haya transferido parte de su esencia, notas y gran sabor al agua, sin afectar tan drásticamente su química como cuando usamos el calor.

Así que, mientras algunas personas mencionen que beber café caliente cuando la temperatura asciende es de los mejores remedios para mitigar el calor, nunca está de más contar con diferentes opciones para disfrutar un buen café sin importar la estación del año.

Una simple receta.

Experimentando y combinando un poco con algunas de nuestras mezclas —Americano, Canela, De Olla & Descafeinado— unas cucharadas por aquí y otra cucharada de este por acá…

1. Toma una jarra o cualquier contenedor. Agrega el café molido y después vacía el agua fría o al tiempo. —La cantidad de café con respecto al agua dependerá del sabor, intensidad deseada y predilección de cada quién, sin embargo, en este caso seguiremos la medida de 1 cucharada sopera «copeteada» por cada taza de agua. Experimenta al gusto.
2. Cubre la jarra o recipiente con tapa y deja reposar, reposar y reposar. —Deja que la mezcla repose de preferencia toda una noche o, como mencionábamos, un mínimo de 12 horas.
3. Busca un colador, y otro recipiente, para separar el grano molido remojado del agua cargada con todo el sabor del café. —Puedes usar hasta un filtro común para cafetera junto con el colador para evitar que pasen pedazos de café al agua.
4. Sirve & disfruta. Agrega más hielo, azúcar, leche, chocolate y cualquier ingrediente que te guste. —Puedes guardar el líquido sobrante, por hasta 2 semanas en el refrigerador y seguir refrescando tus días cuando haga calor.

¡Salucita!

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